-Timi,
¿ya me arreglaste la mesa del despacho?
-Si jefa.
-Si jefa.
La
redactora se sienta en su silla, coge unos libros y los pone sobre la
mesa. Se queda mirando la mesa.
La
mesa le devuelve la mirada.
-Bueno,
al menos esta no intenta arrancarme la mano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario